Parecía difícil rebasar las cifras del 8 de marzo del año pasado, cuando, casi por sorpresa, una marea violeta inundó las calles de Sevilla y de toda España. Pero ha sucedido.
Miles de personas han recorrido la ciudad este 8 de marzo. Desde la mañana hasta la noche. Miles de mujeres, y también de hombres, niñas y niños con pancartas, cánticos y consignas que han demostrado con rotundidad el éxito de la huelga feminista.
Con una presencia desbordante de mujeres jóvenes, el movimiento feminista ha demostrado este año que lo de 2018 no fue una rareza, una anomalía histórica; que la lucha feminista ha resurgido con fuerza.
La gran manifestación que ha recorrido Sevilla por la tarde desde el puente de Triana (y desde la torre Pelli, y desde el Pumarejo), ha puesto la foto, el video, a un movimiento imparable que lleva meses trabajando para dar una forma visible a las demandas y exigencias de las mujeres, y para demostrar que el feminismo es hoy el motor de toda la agenda social, que lucha por el empleo y las pensiones dignas, por la corresponsabilidad en los cuidados, por un mundo libre de violencias machistas y sexuales. Y también por frenar un modelo económico patriarcal y depredador que se está cargando el planeta.
Un movimiento que una vez más ha demostrado que si las mujeres paramos el mundo se para.
Que tiemble el patriarcado.